Este viernes hemos celebrado -por fin- la tertulia que llevábamos atrasada. Han asistido Manolo Piñón, profesor universitario en Ferrol, los hartistas Evaristo Vila y Juan Muñoz Saenz, del grupo de Ferrol-Ortigueira, y dos profesoras del Instituto Concepción Arenal (de literatura gallega y educación física) y yo mismo.
Hemos charlado en primer lugar sobre el Hartismo, ya que las nuevas incorporaciones a la tertulia no conocían el movimiento más que de oídas. Hemos hablado luego sobre si el arte visual debe entrar por la vista o por un discurso teórico. En general hemos coincidido en que si bien el saber no ocupa lugar, y es cierto que los conocimientos sobre historia del arte, iconografía, incluso la Historia Sagrada o la literatura pueden ayudar a prolongar la experiencia, el arte debe conquistar primero los sentidos.
Después hemos hablado sobre Beuys, aunque Warhol quedó en el tintero. Se habló de fetichismo, del club de fans de lo extravagante, dispuestos a tragar con lo que sea si eso los distingue de la plebe. También hablamos de las fortunas gastadas en arte contemporáneo, y de lo chic que resulta gastar mucho dinero justo en lo que se sabe que no tiene valor alguno. No hay mayor demostración de poderío.
También aparecieron otros temas no previstos, como la comparación entre arte y deporte. De cómo en deporte la formación en determinadas escuelas de élite permite llegar a las más altas cotas a un individuo, mientras que otro con las mismas cualidades, si no llega a esas escuelas se quedará fuera de la alta competición. En arte el impulso individual de un artista, su intuición puede proporcionarle una más que satisfactoria guía formativa -aunque en esto no había acuerdo, algunos defendíamos la formación frente a la autodidáctica. También hablamos de cómo las marcas en deporte son baremos objetivos, mientras que en arte no hay esa posibilidad de objetivación en la práctica.
Por último tratamos por encima el texto de Marías. En general lo hemos visto como una reflexión personal, que si bien algunos nos sentimos identificados en ciertos fragmentos (por ejemplo, cuando habla de su visita a los museos de arte contemporáneo) no compartimos en otros (por ejemplo, cuando menciona la imposición del arte callejero). No hemos profundizado en ello, porque ya nos íbamos, pero en general no compartimos los gustos de Javier Marías: a todos nos gustaba la escultura de Botero -no tanto su pintura- en mayor o menor medida, la "Cow Parade" nos resultaba alegre, aunque algunas vacas puedan resultar horteras o simplonas y otras ingeniosas, y no nos parece propiamente algo "artístico" sino festivo. Respecto a Tunick o Christo había diferentes opiniones respecto al resultado estético, pero tampoco nos parecía tan mal.
Pero en fin, el viernes que viene -que repetimos tertulia en Ferrol- supongo que empezaremos justo en esto.
Hemos charlado en primer lugar sobre el Hartismo, ya que las nuevas incorporaciones a la tertulia no conocían el movimiento más que de oídas. Hemos hablado luego sobre si el arte visual debe entrar por la vista o por un discurso teórico. En general hemos coincidido en que si bien el saber no ocupa lugar, y es cierto que los conocimientos sobre historia del arte, iconografía, incluso la Historia Sagrada o la literatura pueden ayudar a prolongar la experiencia, el arte debe conquistar primero los sentidos.
Después hemos hablado sobre Beuys, aunque Warhol quedó en el tintero. Se habló de fetichismo, del club de fans de lo extravagante, dispuestos a tragar con lo que sea si eso los distingue de la plebe. También hablamos de las fortunas gastadas en arte contemporáneo, y de lo chic que resulta gastar mucho dinero justo en lo que se sabe que no tiene valor alguno. No hay mayor demostración de poderío.
También aparecieron otros temas no previstos, como la comparación entre arte y deporte. De cómo en deporte la formación en determinadas escuelas de élite permite llegar a las más altas cotas a un individuo, mientras que otro con las mismas cualidades, si no llega a esas escuelas se quedará fuera de la alta competición. En arte el impulso individual de un artista, su intuición puede proporcionarle una más que satisfactoria guía formativa -aunque en esto no había acuerdo, algunos defendíamos la formación frente a la autodidáctica. También hablamos de cómo las marcas en deporte son baremos objetivos, mientras que en arte no hay esa posibilidad de objetivación en la práctica.
Por último tratamos por encima el texto de Marías. En general lo hemos visto como una reflexión personal, que si bien algunos nos sentimos identificados en ciertos fragmentos (por ejemplo, cuando habla de su visita a los museos de arte contemporáneo) no compartimos en otros (por ejemplo, cuando menciona la imposición del arte callejero). No hemos profundizado en ello, porque ya nos íbamos, pero en general no compartimos los gustos de Javier Marías: a todos nos gustaba la escultura de Botero -no tanto su pintura- en mayor o menor medida, la "Cow Parade" nos resultaba alegre, aunque algunas vacas puedan resultar horteras o simplonas y otras ingeniosas, y no nos parece propiamente algo "artístico" sino festivo. Respecto a Tunick o Christo había diferentes opiniones respecto al resultado estético, pero tampoco nos parecía tan mal.
Pero en fin, el viernes que viene -que repetimos tertulia en Ferrol- supongo que empezaremos justo en esto.
1 comentario:
Siguen siendo muy de agradecer, estas pequeñas alusiones a algunos de los temas tratados en las tertulias, especialmente para aquellos a los que nos sigue resultando complicado asistir a causa de la distancia.
Gracias hartistas!
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