Me sorprende que la Revista de la Universidad de México (este es el nombre de la revista) publique un texto tan falto de calidad, el autor -famoso aquí en México- tiene todo el derecho de hacer un berrinche pero de eso a hacerlo pasar por atículo es equivalente a su protesta contra Hirst por "hacer pasar" animales muertos por arte. Con todo respeto este texto es muy débil argumentativamente.
Bueno, creo que más que en sus argumentos -no insiste mucho en ellos, ciertamente- el interés está en el dato sobre Borges, Bioy Casares y sus escritos allá en los 60, cuando todo esto aún estaba naciendo.
No sólo me parece bueno el artículo, sino que Borges me resulta uno de los observadores más agudos que ha tenido el arte (más específicamente la literatura) en el siglo XX, amén de haber sido uno de los más grandes escritores de habla hispana y uno de los mejores del mundo. Borges se reía de las vanguardias, porque querían ser deliberadamente "contemporáneas". Decía algo así como: "no se puede pretender ser contemporáneo, porque uno de hecho lo es" Él creó una literatura verdaderamente revolucionaria, sin fingirse revolucionario. Fue, básicamente, un escritor clásico y por ello perdura. No inventaba palabras, no eliminaba los signos de puntuación, no practicaba la escritura automática, simplemente escribía maravillosamente unos argumentos excelentes. Ello ha influido a infinidad de escritores y ha inspirado a infinidad de artistas.
Es paradójico que la misma institución la UNAM que ya publicó un libro sobre la instalación nazi publique este artículo,eso significa que el monolito conceptual se esta resquebrajando desde sus entrañas. En esa revista tenemos a un Hartista escondido, actuando en la clandestinidad.
Falto de calidad? tiene más calidad que cualquier texto de curador o comisario y que cualquier obra conceptual. Esto demuestra que lo único que no quiere el arte conceptual es crítica. Si el mismo autor halagara una instalación basura diría que es muy bueno el artículo.
Tampoco exageres, Avelina, "más calidad que cualquier texto de curador o comisario y que cualquier obra conceptual"? Que cualquiera??? De todo el mundo mundial??? El artículo está bastante bien escrito, pero vamos, aunque hable sobre Borges el que lo escribe no es Borges, está claro. ¡No nos confundamos!
Respondiendo un poco a Avelina, creo que las exageraciones -como bien anotó anónimo acá arriba- y reduccionismos no vienen a cuento. Leamos de la manera más "desapacionada" el texto,no porque crítica o apoya a algo estará bien o mal. ¡Imagina que los cristianos o los anarquistas dijeran que Nietzsche era un idiota sólo porque los criticó duramente a ambos!, o que Habermas dijera que Foucault era un torpe sólo porque sus teorías eran contrapuestas!. No, no,no. La cuestión aquí es que hacen pasar este texto como una crítica brillante contra lo conceptual y yo sólo veo un texto mas o menos mediocre que se vale de un autor brillante como Borges, para expresar opiniones sin ningún sustento mas que el apasionamiento enojón. Salud y objetividad, objetividad. Si se critica al arte conceptual ( y sus derivados)en parte por su falta de autocrítica y a su aceptación ciega ante todo lo que le complace, no hay que cometer los mismos errores.
No creo que sea preciso criticar al arte conceptual: es una cuestión de fe, de creer o no que tal cosa es posible. Yo me confieso escéptico. Como escéptico no veo un solo razonamiento válido que justifique el ready-made. Es el típico caso de falacia lógica denominada razonamiento circular: "el mingitorio es arte porque lo avala el genio de Duchamp, y el genio de Duchamp es incuestionable porque convirtió al mingitorio en una obra de arte".
Ante esto sólo cabe como justificación la fe. Y la fe no puede discutirse, como es bien sabido.
Interesante y cierto planteamiento. Me recuerda a lo que decía Benjamín sobre lo del "Aura" artística y yo mismo he escrito sobre la galería como iglesia que "santifica" lo que entra ahí, sobre esta persepción ha escrito también más recientemente Yives Michaud. Quien llama a los "feligreses" la tribu, los iniciados y afirma que "el rey anda desnudo". La única cosa que me desinstala los paneles de alumnino es que esto de la fé no es sólo propio de lo conceptual, sino de todo el arte, es más ya Bourdieu nos advirió hace unas décadas; El Arte (así con mayúsculas) no existe en sí, es una construcción social variable, es cuestión de "fé". Pensemos un poco en el arte antigüo; su objetivo fue siempre religioso, de adoración y reflexión y sus valores estaban histórica y culturalmente determinados, luego llegó el Barroco y todos se enojaron, era un cambio de época. Por esos mismos años el oriente descubrió de nuevo a Europa y los chinos se enojaron mucho porque decían que los occidentales nos pasabamos de lanza que lo que importante era hacer el arte lo mas parecido a tu maestro y a tu tradición y no andar innovando, eso era romper la herencia histórica (y eso se lo decían a los renacentistas), es decir, es cuestión de "Fé", pero siempre ha sido así y siempre ha sido medio frivólon siempre ha habido modas (y me refiero a los griegos y culturas del medio oriente anteriores) y gente que se enriquece y otros que nadie pela esto no es propio sólo del arte conceptual ni de sus feligreces. Quisiera hablar más sobre todo de la peligrosa noción "teleológica" de la historia del arte pero como no hay espacio acá les dejo algo que escribí al respecto:
El texto que Anxo recomienda (de Daniel Pérez) sí es un buen artículo, vaya eso por delante. Con respecto a este de Enrique Serna, coincido con Anónimo y Brainwashed poet: no es un desastre (que es a lo que estamos acostumbrados últimamente), pero tampoco es para tirar cohetes. Avelina, por favor: reprímete un poco con estas menudencias. De lo contrario cuando nos hables de gente de la talla de Robert Hughes te dará un paro cardíaco.
Brainwashed, podría ser, es interesante ese planteamiento. De hecho no es la primera vez que se relaciona la magia, la religión y el arte. Aunque yo soy de los que creen que es el arte el que ha dado origen primero a la magia y luego a la religión, y no al revés.
Pero veo ese razonamiento un poco forzado. El arte "objetual" no necesita de un entorno, ni de una presentación para poder ser percibido como tal, para provocar una profunda conmoción. Su valor no está dado sólo por una "teología", un dogma, sino por los efectos que el trabajo acumulado sobre ese objeto (cuadro, escultura, poema, música, arquitectura...) es complejo, profundo, y asombrosamente difícil al tiempo que parece simple y unitario. Si bien un urinario duchampiano o un tiburón de Hirst son indistinguibles de sus homólogos del mundo real (tienda de material de construcción o museo de biología) y sólo la fe en la autoridad de un "artista conceptual" les otorga su status de arte, un cuadro como la Rendición de Breda es una obra maestra en el museo, en el sótano de una vivienda o en un contenedor de basura. Y cualquier reproducción -excepto una réplica átomo a átomo como las de Star Trek- es perfectamente distinguible del original. Su status de obra de arte es independiente de la localización del objeto y hasta del conocimiento o no de su autoría, piensa en los muchos cuadros anónimos, piezas musicales o novelas que son obras maestras.
El razonamiento circular aplicable al urinario y por extensión al "arte no objetual" no es aplicable al arte "objetual", por más "magia" o "veneración" que las grandes obras de arte "objetuales" (por ejemplo, la Gioconda) puedan generar. Hay toda una "ciencia" (conocimiento), real, accesible, que implica años de práctica y perfeccionamiento técnico, al alcance de todo aquel que quiera tomar ese camino como profesión. No existe misterio en eso, no depende de la creencia de un grupo en el artista, sino de su excelencia técnica. El talento, en el arte "objetual" es simplemente la facilidad, quizá innata, de algunas personas para asimilar todas las facetas del oficio, la técnica para pintar, esculpir, escribir, componer... y llegar a esa excelencia técnica. Es una forma de inteligencia, mayor en los artistas "geniales" que en los mediocres.
Pero la técnica, el oficio, no tienen nada que ver con el arte "no objetual". Del mismo modo que un urinario de Duchamp es exactamente igual a otro urinario cualquiera instalado en un bar, una idea conceptual es igual de genial en un artista conceptual conocido o emergente. Los objetos que exponen tienen todos el mismo aspecto, y sus "mensajes", supuestamente lo más importante, son totalmente intercambiables también entre sí. El respeto de la crítica depende más de que caigan en gracia que de su obra. Quizá si tuviera fe en esto no lo vería así, pero soy totalmente escéptico, no veo elementos objetivos por ninguna parte, ni razonamientos convincentes, argumentos lógicos e irrefutables. El argumento de Danto, idéntico al que esgrime Marchán Fiz, o sea, el "cambio de status", que admite que de dos objetos iguales uno es arte si lo decide el artista me parece un caso clásico de razonamiento circular. Y el otro gran argumento utilizado es el "argumento de autoridad": esto es así porque lo dijo en el año tal fulanito o menganito.
Ambos son casos de falacias lógicas, que insultan a la inteligencia, y que ni siquiera se formulan de forma valiente, como en su momento hicieron los grandes teólogos medievales, aludiendo a fuerzas más allá de nuestra comprensión.
Yo creo que el único camino que le queda al arte conceptual (o no objetual) es de una vez reconocer sin complejos su naturaleza religiosa, basada en dogmas y no en la razón. Yo al menos no pretendo discutir las creencias, cada uno es libre de creer en lo que desee. Pero si se me quieren razonar -creacionismo, por ejemplo- ahí sí que se me hincha la vena. Porque una cosa es la fe, lo etéreo, y otra muy distinta la razón, lo real.
Yo no creo que un artículo se deba valorar por la "talla" de las personas, sino simplemene por lo que dice. No tiene sentido juzgar al escritor y de paso al mensajero (Avelina), estamos hablando de lo que está escrito en ese artículo, y a mí sí me parece interesante.
Fragmento de una nota de Borges sobre las vanguardias, publicada en la revista Lyra en 1956: "Para el estúpido siglo XX, o para algunos estrepitosos hombres de letras del siglo XX, hay una cosa despreciable y trivial que debe proscribirse del arte. Esa cosa es la anécdota. Quienes la proscriben y la aborrecen lo hacen movidos por el hartazgo de cierta clase de episodios sentimentales, gratos, digamos, a Carriego, que dio aquel mal paso, al azucarado Coppée o a Campoamor, que circula en su tren expreso. Ciertamente, el hartazgo no era incomprensible, y un proceso análogo había ocurrido en el campo de la pintura. Tras de expulsar a las madres y a los mendigos, el pintor pasó a los botellones y a las manzanas, después a las pipas y a los recortes, luego a los rombos y, finalmente, se redujo a la raya y al redondel".
Obligarnos a creer subestima la inteligencia, esto significa que el arte conceptual es para personas que no piensan, la duda que es el inicio de las ideas está suprimida en la fe y en el anti arte conceptual. Fe ciega, claro porque no hay que ver, se necesita ser ciego o sea no tener la luz de la inteligencia para aceptar sin protestar algo que no se sostiene por sí mismo. Por esta forma de pensar y de actuar existen dictaduras y crimenes religiosos.
Oh! Alguien más que cita la palabra inteligencia! Estoy a punto de desmayarme! Pensé que se había convertido en mala palabra! Estoy de acuerdo con Avelina, el antiarte conceptual tiene que ver con la fe religiosa. Y la fe religiosa enceguece, lleva a la abdicación de la razón y al fanatismo.
19 comentarios:
Muy bueno.¿quien es el autor?
No lo conozco, parece que esto es de una publicación universitaria mexicana.
Me sorprende que la Revista de la Universidad de México (este es el nombre de la revista) publique un texto tan falto de calidad, el autor -famoso aquí en México- tiene todo el derecho de hacer un berrinche pero de eso a hacerlo pasar por atículo es equivalente a su protesta contra Hirst por "hacer pasar" animales muertos por arte. Con todo respeto este texto es muy débil argumentativamente.
Bueno, creo que más que en sus argumentos -no insiste mucho en ellos, ciertamente- el interés está en el dato sobre Borges, Bioy Casares y sus escritos allá en los 60, cuando todo esto aún estaba naciendo.
No sólo me parece bueno el artículo, sino que Borges me resulta uno de los observadores más agudos que ha tenido el arte (más específicamente la literatura) en el siglo XX, amén de haber sido uno de los más grandes escritores de habla hispana y uno de los mejores del mundo.
Borges se reía de las vanguardias, porque querían ser deliberadamente "contemporáneas". Decía algo así como: "no se puede pretender ser contemporáneo, porque uno de hecho lo es"
Él creó una literatura verdaderamente revolucionaria, sin fingirse revolucionario. Fue, básicamente, un escritor clásico y por ello perdura. No inventaba palabras, no eliminaba los signos de puntuación, no practicaba la escritura automática, simplemente escribía maravillosamente unos argumentos excelentes. Ello ha influido a infinidad de escritores y ha inspirado a infinidad de artistas.
La gente como Borges anima a crear.
Es paradójico que la misma institución la UNAM que ya publicó un libro sobre la instalación nazi publique este artículo,eso significa que el monolito conceptual se esta resquebrajando desde sus entrañas. En esa revista tenemos a un Hartista escondido, actuando en la clandestinidad.
Falto de calidad? tiene más calidad que cualquier texto de curador o comisario y que cualquier obra conceptual. Esto demuestra que lo único que no quiere el arte conceptual es crítica. Si el mismo autor halagara una instalación basura diría que es muy bueno el artículo.
Tampoco exageres, Avelina, "más calidad que cualquier texto de curador o comisario y que cualquier obra conceptual"? Que cualquiera??? De todo el mundo mundial??? El artículo está bastante bien escrito, pero vamos, aunque hable sobre Borges el que lo escribe no es Borges, está claro. ¡No nos confundamos!
Respondiendo un poco a Avelina, creo que las exageraciones -como bien anotó anónimo acá arriba- y reduccionismos no vienen a cuento. Leamos de la manera más "desapacionada" el texto,no porque crítica o apoya a algo estará bien o mal. ¡Imagina que los cristianos o los anarquistas dijeran que Nietzsche era un idiota sólo porque los criticó duramente a ambos!, o que Habermas dijera que Foucault era un torpe sólo porque sus teorías eran contrapuestas!. No, no,no. La cuestión aquí es que hacen pasar este texto como una crítica brillante contra lo conceptual y yo sólo veo un texto mas o menos mediocre que se vale de un autor brillante como Borges, para expresar opiniones sin ningún sustento mas que el apasionamiento enojón.
Salud y objetividad, objetividad. Si se critica al arte conceptual ( y sus derivados)en parte por su falta de autocrítica y a su aceptación ciega ante todo lo que le complace, no hay que cometer los mismos errores.
No creo que sea preciso criticar al arte conceptual: es una cuestión de fe, de creer o no que tal cosa es posible. Yo me confieso escéptico. Como escéptico no veo un solo razonamiento válido que justifique el ready-made. Es el típico caso de falacia lógica denominada razonamiento circular: "el mingitorio es arte porque lo avala el genio de Duchamp, y el genio de Duchamp es incuestionable porque convirtió al mingitorio en una obra de arte".
Ante esto sólo cabe como justificación la fe. Y la fe no puede discutirse, como es bien sabido.
Aquí se habla de ello: http://arteytextos.blogspot.com/2009/02/proa-y-los-adoradores-de-duchamp.html?showComment=1236996420000#c6547613366940905406
Interesante y cierto planteamiento. Me recuerda a lo que decía Benjamín sobre lo del "Aura" artística y yo mismo he escrito sobre la galería como iglesia que "santifica" lo que entra ahí, sobre esta persepción ha escrito también más recientemente Yives Michaud. Quien llama a los "feligreses" la tribu, los iniciados y afirma que "el rey anda desnudo". La única cosa que me desinstala los paneles de alumnino es que esto de la fé no es sólo propio de lo conceptual, sino de todo el arte, es más ya Bourdieu nos advirió hace unas décadas; El Arte (así con mayúsculas) no existe en sí, es una construcción social variable, es cuestión de "fé". Pensemos un poco en el arte antigüo; su objetivo fue siempre religioso, de adoración y reflexión y sus valores estaban histórica y culturalmente determinados, luego llegó el Barroco y todos se enojaron, era un cambio de época. Por esos mismos años el oriente descubrió de nuevo a Europa y los chinos se enojaron mucho porque decían que los occidentales nos pasabamos de lanza que lo que importante era hacer el arte lo mas parecido a tu maestro y a tu tradición y no andar innovando, eso era romper la herencia histórica (y eso se lo decían a los renacentistas), es decir, es cuestión de "Fé", pero siempre ha sido así y siempre ha sido medio frivólon siempre ha habido modas (y me refiero a los griegos y culturas del medio oriente anteriores) y gente que se enriquece y otros que nadie pela esto no es propio sólo del arte conceptual ni de sus feligreces.
Quisiera hablar más sobre todo de la peligrosa noción "teleológica" de la historia del arte pero como no hay espacio acá les dejo algo que escribí al respecto:
http://74.125.95.132/search?q=cache:7yuuV7B-ZRkJ:sociologiademexico.wikispaces.com/file/view/La%2Bpintura%2Bdel%2Bsiglo%2BXXI.doc+escuela+de+liepzig&cd=3&hl=es&ct=clnk&gl=mx
salud! y que siga el diálogo
El texto que Anxo recomienda (de Daniel Pérez) sí es un buen artículo, vaya eso por delante. Con respecto a este de Enrique Serna, coincido con Anónimo y Brainwashed poet: no es un desastre (que es a lo que estamos acostumbrados últimamente), pero tampoco es para tirar cohetes. Avelina, por favor: reprímete un poco con estas menudencias. De lo contrario cuando nos hables de gente de la talla de Robert Hughes te dará un paro cardíaco.
Brainwashed, podría ser, es interesante ese planteamiento. De hecho no es la primera vez que se relaciona la magia, la religión y el arte. Aunque yo soy de los que creen que es el arte el que ha dado origen primero a la magia y luego a la religión, y no al revés.
Pero veo ese razonamiento un poco forzado. El arte "objetual" no necesita de un entorno, ni de una presentación para poder ser percibido como tal, para provocar una profunda conmoción. Su valor no está dado sólo por una "teología", un dogma, sino por los efectos que el trabajo acumulado sobre ese objeto (cuadro, escultura, poema, música, arquitectura...) es complejo, profundo, y asombrosamente difícil al tiempo que parece simple y unitario. Si bien un urinario duchampiano o un tiburón de Hirst son indistinguibles de sus homólogos del mundo real (tienda de material de construcción o museo de biología) y sólo la fe en la autoridad de un "artista conceptual" les otorga su status de arte, un cuadro como la Rendición de Breda es una obra maestra en el museo, en el sótano de una vivienda o en un contenedor de basura. Y cualquier reproducción -excepto una réplica átomo a átomo como las de Star Trek- es perfectamente distinguible del original. Su status de obra de arte es independiente de la localización del objeto y hasta del conocimiento o no de su autoría, piensa en los muchos cuadros anónimos, piezas musicales o novelas que son obras maestras.
El razonamiento circular aplicable al urinario y por extensión al "arte no objetual" no es aplicable al arte "objetual", por más "magia" o "veneración" que las grandes obras de arte "objetuales" (por ejemplo, la Gioconda) puedan generar. Hay toda una "ciencia" (conocimiento), real, accesible, que implica años de práctica y perfeccionamiento técnico, al alcance de todo aquel que quiera tomar ese camino como profesión. No existe misterio en eso, no depende de la creencia de un grupo en el artista, sino de su excelencia técnica. El talento, en el arte "objetual" es simplemente la facilidad, quizá innata, de algunas personas para asimilar todas las facetas del oficio, la técnica para pintar, esculpir, escribir, componer... y llegar a esa excelencia técnica. Es una forma de inteligencia, mayor en los artistas "geniales" que en los mediocres.
Pero la técnica, el oficio, no tienen nada que ver con el arte "no objetual". Del mismo modo que un urinario de Duchamp es exactamente igual a otro urinario cualquiera instalado en un bar, una idea conceptual es igual de genial en un artista conceptual conocido o emergente. Los objetos que exponen tienen todos el mismo aspecto, y sus "mensajes", supuestamente lo más importante, son totalmente intercambiables también entre sí. El respeto de la crítica depende más de que caigan en gracia que de su obra. Quizá si tuviera fe en esto no lo vería así, pero soy totalmente escéptico, no veo elementos objetivos por ninguna parte, ni razonamientos convincentes, argumentos lógicos e irrefutables. El argumento de Danto, idéntico al que esgrime Marchán Fiz, o sea, el "cambio de status", que admite que de dos objetos iguales uno es arte si lo decide el artista me parece un caso clásico de razonamiento circular. Y el otro gran argumento utilizado es el "argumento de autoridad": esto es así porque lo dijo en el año tal fulanito o menganito.
Ambos son casos de falacias lógicas, que insultan a la inteligencia, y que ni siquiera se formulan de forma valiente, como en su momento hicieron los grandes teólogos medievales, aludiendo a fuerzas más allá de nuestra comprensión.
Yo creo que el único camino que le queda al arte conceptual (o no objetual) es de una vez reconocer sin complejos su naturaleza religiosa, basada en dogmas y no en la razón. Yo al menos no pretendo discutir las creencias, cada uno es libre de creer en lo que desee. Pero si se me quieren razonar -creacionismo, por ejemplo- ahí sí que se me hincha la vena. Porque una cosa es la fe, lo etéreo, y otra muy distinta la razón, lo real.
Yo no creo que un artículo se deba valorar por la "talla" de las personas, sino simplemene por lo que dice.
No tiene sentido juzgar al escritor y de paso al mensajero (Avelina), estamos hablando de lo que está escrito en ese artículo, y a mí sí me parece interesante.
Fragmento de una nota de Borges sobre las vanguardias, publicada en la revista Lyra en 1956:
"Para el estúpido siglo XX, o para algunos estrepitosos hombres de letras del siglo XX, hay una cosa despreciable y trivial que debe proscribirse del arte. Esa cosa es la anécdota. Quienes la proscriben y la aborrecen lo hacen movidos por el hartazgo de cierta clase de episodios sentimentales, gratos, digamos, a Carriego, que dio aquel mal paso, al azucarado Coppée o a Campoamor, que circula en su tren expreso. Ciertamente, el hartazgo no era incomprensible, y un proceso análogo había ocurrido en el campo de la pintura. Tras de expulsar a las madres y a los mendigos, el pintor pasó a los botellones y a las manzanas, después a las pipas y a los recortes, luego a los rombos y, finalmente, se redujo a la raya y al redondel".
Obligarnos a creer subestima la inteligencia, esto significa que el arte conceptual es para personas que no piensan, la duda que es el inicio de las ideas está suprimida en la fe y en el anti arte conceptual. Fe ciega, claro porque no hay que ver, se necesita ser ciego o sea no tener la luz de la inteligencia para aceptar sin protestar algo que no se sostiene por sí mismo. Por esta forma de pensar y de actuar existen dictaduras y crimenes religiosos.
Oh! Alguien más que cita la palabra inteligencia! Estoy a punto de desmayarme! Pensé que se había convertido en mala palabra!
Estoy de acuerdo con Avelina, el antiarte conceptual tiene que ver con la fe religiosa. Y la fe religiosa enceguece, lleva a la abdicación de la razón y al fanatismo.
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