lunes, 29 de agosto de 2011

REFLEXIONES SOBRE ARTE CONTEMPORÁNEO. BREVÍSIMO DICCIONARIO DE UNA IMPOSTURA.

Damien Hirst.


ARTE BURGUÉS. Este es un anti-arte burgués y ocioso que desprecia el trabajo. Artistas que no trabajan, no estudian, no hacen. Roban, copian, designan, sobre valúan sus objetos por un capricho de la moda, exaltan el consumismo. Es el gran elogio a la decadencia del capitalismo.

ARTE CONCEPTUAL O CONTEMPORÁNEO. Las obras que se auto llaman arte contemporáneo, son conceptuales, porque en todas son las ideas y el discurso el único peso intelectual que poseen, y es el concepto lo que les da el sentido como arte. La acepción cronológica al ser siempre inestable es inexacta. Cualquier obra, -desde el ready-made hasta las que tienen algún tipo de factura- que hace de las ideas su gran valor real es conceptual. Si una obra despojada de esas ideas pierde su sentido como arte, entonces no es arte.

ARTE CONTEMPORÁNEO Y OTRAS ARTES. La música, el teatro, la literatura, la danza, el cine llevan esto de ser contemporáneos con otra perspectiva. Estas artes requieren de un involucramiento más real de público: tiene que pagar el boleto para entrar al teatro o la sala de conciertos, sentarse y presenciar durante una o dos horas una obra y con sus aplausos o abucheos manifiestan su opinión. Leer un libro exige de concentración y tiempo, el escritor ve cómo los libros se quedan en la bodega o son un éxito. Los críticos de estas disciplinas son feroces, el cine aguanta toda clase de análisis y nadie se rasga las vestiduras. En cambio el arte contemporáneo se ve en cinco minutos y el público se larga. El artista contemporáneo vive en una burbuja, no tiene contacto con el público, niega la crítica que no es favorable y si el público no va a la sala es porque no entiende, nunca porque su obra deje insatisfecho al espectador o porque se perciba como una farsa. Este anti-arte no es para el público, ni para el museo, es una práctica endogámica para sus curadores, críticos y artistas.

ARTE QUE NADIE SE ROBA. El criterio del ladrón es el sentido común, la realidad de que todas las obras son lo que son: una pintura es una pintura, un dibujo es un dibujo, una lata vacía es una lata vacía, un excusado es un excusado. Y algo tan real como un robo, tan inmediato, lo pone en evidencia. Nadie se roba un montón de ropa sucia, unas cajas de cartón. Los nuevos museos no requieren de alarmas, medidas de seguridad o guardias, y lo que se llegarán a robar, puede ser reemplazado en un instante y sin la presencia del artista.

ARTE TRADICIONAL Y ARTE CONTEMPORÁNEO. La distinción arte tradicional y arte contemporáneo es una deformación estética. Los “contemporáneos” tienen 100 años haciendo lo mismo, es tiempo suficiente para crear una tradición. En cambio la pintura que se hace hoy no detiene su evolución, y sus preocupaciones, estética y estilos están completamente inmersos en nuestra actualidad. Los artistas contemporáneos no son modernos, tienen cien años sin evolucionar.

ARTISTA. Todos son artistas y todo lo que el artista designe como arte es arte, es el estatus actual. Hoy tenemos a la mayor población de artistas de la historia del arte, por lo tanto ninguno es indispensable. Ser artista contemporáneo es una moda elitista. Antes querían poner un bar nice, luego ser “diseñadores de imagen”, después Dj’s y hoy, finalmente, son artistas contemporáneos. La actitud de arrogancia y de fatuidad de los artistas es justificable: venden sus elementales ocurrencias y los coleccionistas demuestran su poder adquisitivo con estas compras caprichosas y exhibicionistas.

ARTISTA, REQUISITO PARA SER. El requisito es no saber hacer las cosas para hacerlas. No saber hacer arte para ser artista.

ASPIRACIONES. Los artistas quieren ser millonarios y los millonarios quieren ser artistas. Si declarar que algo es arte te hace artista, aceptarlo, motivarlo y pagar por eso, también te hace artista. Pagar el precio convierte al coleccionista en un artífice más del objeto; sin su aprobación y su inversión la obra nunca hubiera trascendido como arte, así, el comprador forma parte esencial en el montaje de esta farsa. Comparar algo de valor “teórico” te define como moderno y actual. El precio en estas obras es su validación real: si es caro entonces es arte

Klara Liden.

BASURA. Es la materia prima del arte contemporáneo. El arte de la pepena. Cualquier cosa que esté en un basurero es susceptible de ser una obra maestra. Tenemos obras con cajas de cartón, envases de PET, detritus orgánico, restos animales, latas de refrescos, aparatos eléctricos descompuestos, y un largo etcétera que se concentra en los tiraderos de cada ciudad. El Arte Povera hizo del desperdicio un lujo más de la demagogia del capitalismo, lo que es una desgracia en el tercer mundo en el primero es arte. La sociedad de consumo cansada de comprar cosas codiciables, codicia lo que desecha, transformado por el poder del artista. Ante el increíble talento de estos artistas por encontrar basura, propongo que en los vertederos impartan seminarios de Gestión Curatorial y Arte, les den becas para que clasifiquen la basura y además que a los ciudadanos que separen su basura les den certificados de artistas contemporáneos. Más hace este anti-arte por el planeta que la ecología.

BECA. Los artistas contemporáneos piden becas para recortar periódicos, recolectar su ropa sucia, hacer fotos fuera de foco de fachadas de McDonald’s, poner bocinas a un automóvil y recorrer las calles escandalizando con su ruido. Estas nimiedades necesitan el apoyo económico del Estado porque de otra forma les resulta imposible realizarlas. Estos artistas no crean por la necesidad imperiosa de su vocación, lo hacen solo por encargo y por dinero. El Estado, en su perpetua ignorancia e ineficacia, siente que si apoya estas “manifestaciones artísticas” cumple su compromiso con el arte. Haría más no apoyando estos despilfarros.

CÉDULA. Son muy importantes, es lo único que le informa al público que el extintor de incendios no forma parte de la exposición.

CÉLULAS ESPEJO. Éstas crean un proceso cognitivo en el que nos ponemos en la situación del Otro, sin ellas no existe la imitación, que es fundamental para el aprendizaje; se activan al ver una acción o cómo se realiza y tratan de recrearla. Estas neuronas también trabajan cuando tú al ver una obra de supuesto arte te ubicas en el sentido del creador y piensas que esa obra no requirió de un talento sobresaliente; analizas rápidamente tus habilidades y comparas lo que tú sabes hacer con el resultado de la obra y deduces que no tiene rastro de inteligencia creadora. Al no reconocer inteligencia o emoción en el trabajo, decides que es algo sin la calidad para poseer el estatus de arte. Al ubicarte en el papel del artista lo identificas como un estafador que suplanta la verdad del arte por una mentira. El arte tiene entre sus objetivos ayudarnos a comprender la realidad a través de la representación y lo hace con la herramienta de las células de espejo: si eliminan el objetivo de representar, las células no trabajan en ayudarnos a ordenar nuestra realidad y la existencia. Este anti-arte va en contra de los procesos de la inteligencia y nos encamina a disminuir habilidades formadas durante decenas de miles de años. Este arte volverá a la estúpida humanidad.

COMPROMISO. La mayoría de las obras tienen un compromiso social y buenas intenciones, esto convierte cualquier representación en una evasión al razonamiento crítico. Si se critican los resultados, entonces se juzgan las intenciones. La introducción de una moral en el arte hace que las obras, por abyectas que sean, tengan un aval de fondo: todo es bueno, en el sentido moral del término.

CONCEPTO. Si lo único que tiene valor en la obra es el concepto, y despojada de esto pierde su valor, entonces no es arte. El concepto es un enunciado arbitrario que pretende cambiar la naturaleza de un objeto, sin conseguirlo, exigiendo una comprensión que no requiere; un objeto es lo que es, nada más.

CRUELDAD. Ejercer la crueldad no tiene que ver con recrearla y eso es patente en la literatura. Asesinar animales, explotar la muerte de otros, alardear del racismo no es arte porque, como todo en el arte contemporáneo, no es resultado ni del talento ni del trabajo del creador o “ideador”. La función de esto es escandalizar para llamar la atención. En una corrida de toros la crueldad es parte del espectáculo, pero el torero toma riesgos que no toma ningún artista contemporáneo. Si Guillermo Vargas Habacuc, que dejó morir de hambre a un perro, amarrara al curador y al galerista para matarlos de hambre no habría existido jamás el performance criminal que hizo. Muchos toreros han muerto en el ruedo, y ¿quién ha muerto haciendo una obra? Nadie. Estas obras tienen una lógica elemental: si hablan de que dejaron morir de hambre a un perro, entonces funciona dejar morir de hambre a un perro. Si hablan de que pusieron suásticas, entonces funciona poner suásticas. Si hablan de un asesinato, entonces funciona asesinar. Estoy esperando el suicidio colectivo de estos mediocres para que cierren su ciclo de obras, ya que trabajan con las herramientas de su época. Adelante, la violencia es la gran herramienta actual para acceder al poder y la fama.

Martin Creed.

CURADOR. El curador es un vendedor, un publicista, un dictador y es, al final, el verdadero creador de la obra. Las exposiciones no son anunciadas con el nombre del artista, lo principal es el nombre del curador. El curador vende la idea de su colectiva, decide qué artistas van en la exposición y con su texto inventa los valores subjetivos e invisibles de su producto, es decir, los artistas y sus obras. Estos valores no existen, como los publicistas, miente sobre las características de su producto. El curador le dicta al artista lo que tiene que hacer, lo que significa y decide el valor que tiene en la exposición. Cómo todos son artistas, todos debieran ser curadores, pero no es así. Éstos y los teóricos son los entes pensantes de la obra. El artista es sustituible, el curador como los dictadores, no lo es. El curador al dar sentido a la reunión de objetos y llevarlos al recinto expositivo es el artífice real de la obra. Desháganse de los artistas. Para poner una piedra con una patineta rota o una tina de aceite quemado en el museo, un curador basta, no se requiere a nadie más.

ENTENDER. “Si no te gusta es que no entiendes”. Confunden creer con entender. Cuestionar a la obra es no entender. No piden que se entienda, piden que se crea que eso es arte. En el momento en que dejen de creer que eso es arte, dejará de serlo. Si no crees en el milagro, el milagro no existe. Esta actitud elitista: “Tú no entiendes”, margina al público, lo expulsa de los museos y le quita al artista la responsabilidad de las consecuencias de la obra. Si el público no ve en la obra lo que el concepto y el significado dictan es que es ignorante. El artista es infalible, nunca se equivoca. La sensibilidad del espectador es inoperante, el artista es intocable.

ESCUELAS DE ARTE. Las escuelas de arte no son necesarias, ser artista es una actitud que se adquiere como ponerse unos zapatos, y el arte se designa. El arte no tiene valores de calidad, ni técnicas específicas, entonces tampoco requiere ser enseñado en una escuela.

HIRST. Producto estrella de los YBA que inventó el publicista Saatchi. Es el Miguel Ángel del arte contemporáneo. Hombre de negocios, experto en vender sus desechos (colillas de cigarros, enseres domésticos) a empresarios que especulan con esto en el mercado del arte. Su calavera de brillantes, “For the love of God” es uno de los fraudes del mercado del arte más escandaloso. La compró él mismo con su contador y su galería White Cube. Con esta transacción se posicionó como el artista más caro: 50 millones de libras esterlinas. Nadie certificó que los 8,601 diamantes fueran originales. Este mito es apoyado por la crítica, así como los publicistas halagan cualquier producto de su cliente.

IRONÍA. Esta ironía no es la crítica ácida a la sociedad, es un chistorete permanente. Con un discurso curatorial del nivel de programa cómico de la televisión del tercer mundo, las obras hacen un chiste de cualquier banalidad o tema. Este chiste demuestra la “irreverencia del artista”. Cuestionar “con ironía”, “ser corrosivo” sustituye la responsabilidad de llevar una denuncia a sus últimas consecuencias. Para qué ser transgresores si podemos ser simpáticos y chistosos. Cáscaras de limones chupados, esculturas de sanitarios portátiles, chicles pegados en la pared, bolsas del mercado amarradas, todo es ironía. Este chiste es explicado por el curador, asegurándose de que su inteligencia superior entiende el chiste mejor que el público.

IMAGINAR LA OBRA. Decir que estas obras nos invitan a que imaginemos a partir de ellas es también un mito. Nos imponen qué es lo que debemos imaginar, lo ordenan claramente en las cédulas explicativas del curador. ¿Dónde está la libertad del ejercicio imaginativo si te dictan la reflexión? Instrucciones de obras imaginarias: la gente mira una pared y se supone que tendría que imaginarse la obra. ¿Por qué el autor no imaginó la obra y la realizó en vez de dejar ese trabajo al público? Un escritor no deja el libro en blanco para que te imagines la novela. Pedir que el público se imagine la obra encubre el vacío que el artista deja ante su incapacidad de terminar algo.

JUVENTUD. Su nombre oficial es “artistas emergentes”. Ser joven o emergente es un requisito para estar en exposiciones, es la adicción a lo nuevo del marketing del arte contemporáneo. Caras nuevas aunque las obras sean iguales. La virtud no es el talento, es la fecha de nacimiento. Las obras emergentes son de temática intrascendental, relacionadas con falta de inteligencia, irrelevancia, banalidad y sin un compromiso un social o estético serio. El arte niñato que no le importa lo que suceda en el mundo, aunque en la cédula hablen de la “decepción que les causa esta época” no existe una obra que describa esa decepción o un sentimiento de rebeldía ante lo que acontece. Estos artistas reflexionan sobre su ropa, la televisión, las redes sociales; son decorativos, conformistas, consumistas y políticamente correctos. Son un producto del sistema y trabajan para el sistema. Estos artistas sin arte son ciegos al hecho de que las grandes obras del Caravaggio o Lucian Freud también fueron obras de juventud.

MAL GUSTO. Si el buen gusto carece de prestigio en esta época, como carece la belleza, el que ya tiene un prestigio universal como expresión contemporánea es el mal gusto. No se trata de acabar con obras terribles, que golpean a la mirada con la agresividad de la realidad, -ya lo demostró Otto Dix con sus grabados sobre la Primer Guerra Mundial que tienen la virtud de enfrentar al espectador. Lo que hacen los artistas contemporáneos es tratar de llamar la atención con rabietas visuales y chistes monumentales para provocar de forma artificial y pretenciosa. Objetos que siempre pasaron por kitsch, detestables y desechables hoy son la apoteosis de las subastas. Los objetos de feria de Koons son llamados esculturas; los animales en formol de Hirst son reflexiones sobre la existencia; las llantas y coches de carnaval de Betsabé Romero están en los museos. El mal gusto es el pase de entrada a la instantánea posteridad de este efímero capricho de la vulgaridad al que llaman arte contemporáneo.

Song Dong

MEDIOCRIDAD. Pretender que el talento, la disciplina y la técnica en el arte son cosas del pasado es tratar de imponer a la mediocridad como signo de distinción de nuestra época. La llamada “democracia del arte”, “la muerte de la tiranía del genio” es la dictadura de los mediocres. Hoy existen artistas completos, que trabajan en su obra, desarrollando e investigando en la constante revolución de la pintura, la escultura y el grabado, que se ven marginados para que la falta de talento y la mediocridad tenga “derecho a crear”. El imperio de gente sin obra, que designan sus orines como arte, se ha apropiado de las galerías y los museos, amparados por curadores y críticos que lo explican y lo aplauden, convirtiendo al arte en una trama especulativa, en un negocio vulgar. Son libres de hacer con su detritus, con la basura que recolectan y con su pose de artistas lo que quieran, pero rebajar el nivel del arte al capricho de los mediocres es otra cosa.

MUERTE Y CADÁVERES. El robo de cadáveres para obras era un canon en la Antigüedad. Leonardo pintó cuerpos, Caravaggio en su Muerte de la Virgen la modelo es el cadáver de una prostituta. Para el Caravaggio el propósito de la obra no era llevarse un cadáver, su objetivo fue que la imagen de la virgen se viera muerta, desprotegida, inerme, que los colores de la piel fueran los de un cuerpo por el que ya no circula la sangre. En el anti-arte y sus pseudo-obras su propósito es la exhibición morbosa y descarada de algo que afirman es el cadáver de alguien o la sangre de un crimen. La sangre, el cadáver, es un ready-made que hace del amarillismo la obra y de las aficiones patológicas el único talento del artista.

MUSEO. Anunciaron y clamaron hace cien años la muerte del museo y hoy se dan cuenta que sin este contexto la obra no puede demostrarse como arte. Por eso a los artistas del anti-arte les urge entrar al museo, porque sólo parasitando el contexto del museo legitiman sus obras como arte y les dan trascendencia y valor en el mercado. Fuera del museo estas obras -cadenas de bicicleta, urinarios, bloques de concreto, agua sucia- no existen, regresan a su situación original de objetos sin valor y no son arte.

NO OBJETUAL. Derribemos mitos: el arte contemporáneo ni es abstracto, ni es no-objetual. Si existe algo objetual, concreto, adicto a las referencias cotidianas y a las formas más costumbristas es este anti-arte, que depende en su totalidad de objetos prefabricados, que no inventa ni crea. “Objeto encontrado” “objeto intervenido” “objeto pateado” “objeto recuperado” “objeto reciclado”… decenas de categorías, una para cada cosa. Es el arte de la pepena que parasita la costumbre y la familiaridad con el objeto para relacionarse con el espectador. Carece de la abstracción de la recreación, rémora de las cosas hechas, es el arte del consumismo y la acumulación. ¿No objetual, no retinal? Entonces no depreden, hagan, recreen.

OPORTUNISMO. El arte contemporáneo se aprovecha de un problema grave para, en un acto oportunista, vender una patraña como arte, y sucede la reacción lógica: criticar a la obra es estar en contra de la supuesta “denuncia”.

PERFORMANCE. El performance es cobarde con el público, no permite la interacción. Si un espectador le dice algo al artista este se indigna y pide que saquen del recinto al espectador. Hay una diferencia enorme entre la transgresión y el exhibicionismo. El performance es la versión politíceme correcta y decente de lo que hacen en los antros de show porno. En esos antros los actores que se desnudan, se cagan, masturban etc., aguantan al público, soportan sus insultos y ni ellos ni ningún cliente consideran que lo que hacen sea arte. Saben que es exhibicionismo y que explotan la necesidad morbosa de ver un espectáculo escabroso. Los performanceros sin llegar a lo que se hace en un burlesque o en un antro XXX se hacen llamar artistas, quieren escenarios cultos y además, exigen respeto del público y becas estatales.

PROCESO. El proceso de la obra se supone más importante que el resultado. Vemos obras inconclusas porque esto “abre posibilidades”. Primar el proceso evita que se haga un análisis de la obra ya que al no estar terminada no podemos emitir un juicio crítico. Es parte de la irresponsabilidad de este anti-arte. Es evidente que estas obras no tienen una relación tiempo-calidad, procesos de meses arrojan obras que en realidad tomó instantes pensarlas y hacerlas. Hacer énfasis en que el proceso es largo y complicado es para disfrazar la falta de calidad de los pobres resultados, para hacernos creer que hay un rastro de inteligencia y esfuerzo en ello. Los resultados y banalidad de las obras contradicen la importancia de su proceso. Para que esta contradicción no sea puesta en evidencia es el texto curatorial que explica las intenciones del artista. El proceso es intención. El arte verdadero no es intención, son hechos.

REFLEXIÓN. La gran bandera de este anti arte es la “reflexión”. Las obras por banales que sean exigen una reflexión superior a lo que ellas representan en sí mismas. La reflexión es un proceso que sustituye a la contemplación. La obra, al no motivar que el público permanezca observándola, impone una terea ajena a ella misma, impone un pensamiento en el que debemos entretenernos porque la obra no provoca ideas. Esta reflexión es además parte del significado, debemos “reflexionar” en lo que significa y esto es una idea que se suma a la obra para darle un valor intelectual del que carece y que no justifica con su presencia. Dice Danto “que el artista haga la obra, la filosofía y los teóricos le daremos significado”. El artista es un ser que no piensa, designa algo como arte y un teórico le da un peso intelectual. Reflexionemos en eso.

Song Dong.

TODOS SON ARTISTAS. La falsa democratización del arte, el “todos son artistas” se convirtió en una tiranía. El problema es: si todos son artistas y todo es arte, no hay espectadores; el que mira puede ser creador en ese instante, así, para qué ver algo que tú como creador potencial puedes hacer y hasta superar. El segundo problema: al margen de la calidad artística, -que por lo general es nula- no hay nada que observar porque todo es arte, no hay objetos que requieran de nuestra dedicación especial para contemplarlos. Desde los temas que abordan, hasta los materiales que usan, esta totalizadora actitud está dirigida a que la experiencia estética pierda sentido. La decisión, puramente dogmática, que de que todas las aptitudes son iguales -y eso le da a cualquiera la capacidad de hacer arte- implica que no hay nada admirable o valioso en hacer arte, porque se convierte en una operación común, corriente e intrascendente. Lo que hace innecesario un recinto tan costoso y pretencioso como un museo. ¿Para qué alojar, exhibir y resguardar algo que todo el mundo puede hacer? Si todos son artistas y todo es arte, por lo tanto hasta el último centímetro cuadrado de la realidad es arte y es un museo al mismo tiempo. Pues afuera con sus obras, a la calle y que dejen los museos para lo extraordinario.

TRANSUBSTANCIACIÓN. Es una superstición religiosa que afirma que un objeto puede cambiar de sustancia sin alterar su forma. El objeto es algo más de lo que representa, es otra cosa. En eso se sostiene el fraude del arte contemporáneo y sus ideas conceptuales, la figura o sea lo evidente, no cambia, cambia lo que no vemos, el significado. Los conceptos de los artistas, sus curadores y críticos son como la publicidad que nos dice virtudes del producto que no son evidentes pero basta creer en ellas para que existan. La galería, el museo y la iglesia son incuestionables y todo lo que está dentro es verdadero porque lo ampare una idea mal redactada incapaz de ser comprobada. En las reseñas de los críticos que apoyan este anti arte, ante la exposición de adjetivos cuesta enterarse si hablan de una instalación o una performance, pero de lo que sí nos enteramos es que la obra es genial, que es transgresora, que invita a la reflexión, que rompe con esquemas y hace denuncia social y detrás de este edificio retórico está un video pornográfico de Santiago Sierra o unos espaguetis en una silla. Por ello la duda, que es el primer rasgo de inteligencia, nunca es bienvenida en la publicidad, la religión o el arte contemporáneo, porque cuestiona sus verdades fabricadas, y en este proceso es en el que se derrumban todos los mitos. Estas ideas supersticiosas han penetrado como la publicidad y por eso las instituciones y fundaciones creen que apoyar a estas obras es apoyar al arte, restando apoyo al arte verdadero.

22 comentarios:

J. M. Beroy dijo...

Echadle un vistazo a este post, porque no se puede decir más con menos:

http://elpandemonium.org/2011/08/31/el-arte-contemporaneo-making-off/

Unknown dijo...

Está muy bien este "Brevísimo diccionario de la pintura", especialmente en el tema de la comparación con las otras artes. Yo ya he hablado de ello en mi blog: tanto en la literatura, el cine , el teatro o la danza es el público el que tiene la última palabra, que se atreve a opinar sin sentirse cohibido por su reflexión o su crítica. Por ejemplo en cuanto al cine los críticos pueden ayudar a llenar las salas , pero como la película sea un "tostón", corre de boca en boca, y nadie va a verla, lo que es la ruina de la productora. En el arte las galerías donde se encuentran estos "tostones infumables" también están vacías, pero sin embargo aun no sé como se las arreglan para llegar a los museos más prestigiosos ¿Tan listos son estos curadores? ¿Tan idiotas son los que compran estas bazofias?

En tu artículo te enfocas casi exclusivamente en el arte más transgresor y excéntrico, te refieres básicamente al arte Povera (botellas de plástico, performances, bolsas de basura, etc) que ciertamente es una tomadura de pelo, pero me gustaría añadir que además de este "arte" infumable del que hablas, también hay un arte muy protegido por las galerías prestigiosas y curadores, más "conservador" por llamarle de alguna manera, que no es arte "basura" con elementos rocambolescos e ideas desmadradas, ya que sí utilizan pinturas y lienzos, pero es lo que yo llamo una pintura "mediocre" que consiste en utilizar una fórmula repetitiva que nadie ha hecho nunca y que, a mi juicio, carece de cualquier valor artístico; sin embargo y misteriosamente se cotizan como grandes obras sin serlo y en la mayoría de los casos están muy sobrevaloradas. Francamente he visto cuadros de este tipo en galerías "prestigiosas" a unos precios escandalosos, y de verdad que no valen ni el precio del lienzo ¿Cómo se explica esto? ¿Cómo consiguen endosarle a alguien semejante mediocridad a un precio tan elevado?

Un saludo

Anónimo dijo...

Muy buen artículo,
me ha hecho gracia lo del arte que no se roba , claro los ladrones aunque prófugos de la ley tienen sentido común quien iba a robar unas pocas colillas o un montón de ropa sucia

sinntia dijo...

hola, encontrè sobre el hartismo en el blog de un dibujante argentino, scafati luis,.... y me metì en este blog y siento muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy identificada, muy.-
muy
a ver, muy
El arte tiene que (una palabra muy usada) fluir, me molesta sobremanera que si me gusta un dibujo de un tipo, estè a 1276127 dòlares, super inalcanzable
etc et

les queria dejar un videito que me hizo reir mucho. Es de Diego Capusotto un grande de acà, el video se llama "No hay como los artistas"

http://www.youtube.com/watch?v=5FTt7eWxZyw

saludos!

José Mª Arévalo dijo...

Magnífica reflexión, Avelina, por los senderos del ideario hartista. Sin embargo, aprovechar el término “transubstanciación”, propio de la fe cristiana, para arremeter contra la religión, a la que equiparas con el “fraude del arte contemporáneo y sus ideas conceptuales”, me parece poco serio y que en ello haces un flaco favor al Hartismo, socavando sus cimientos. Es el “todo vale” lo que principalmente combate el hartismo, la pérdida de valores, y es justamente ese relativismo en los valores, continuo motivo de denuncia por la Iglesia. Así el Papa, en la JMJ resaltaba que, precisamente ahora, “la cultura relativista dominante renuncia y desprecia la búsqueda de la verdad, que es la aspiración más alta del espíritu humano”. Creo que vale la pena una mayor reflexión al respecto. Lo he comentado, lo positivo y lo negativo, más ampliamente en mi blog
http://blogs.periodistadigital.com/tresforamontanos.php/2011/10/02/p302149#more302149

mariano dijo...

La iglesia católica no combate la pérdida de valores, Jose María, sino la pérdida de valores CRISTIANOS, que es diferente.
Ellos se han atribuído la posesión de conceptos como "valores", "moral" o la idea de "familia", como el circuito de arte se ha atribuído la potestad de decir qué es "contemporáneo".
Yo creo que el simil que criticas es un símil acertado, y creo que los católicos debeís de abandonar esa pose de sentiros ofendidos por todo, porque vivís en un mundo libre en el que la gente puede disentir de vuestro credo que es algo que teneis que acatar y respetar VOSOTROS, no todo el mundo.
Es increíble que pretendais que TODOS tengamos que sufragar vuestra iglesia pero que no todos podamos opinar sobre ella, os gusten esas opiniones o no.
Las supersticiones, creencias y cultos merecen todas el mismo respeto, como bien dices...los que creeis en dios o en la santísima trinidad no podeis aspirar a mayor respeto intelectual que quienes creen en los ovnis, en el yeti o en el monstruo del lago Ness, todas ellas creencias superrespetables.

José Mª Arévalo dijo...

Mariano, ha sido Avelina la que ha escrito de valores, cuando critica en el término “escuelas de arte”, el que ya “las escuelas de arte no son necesarias, ser artista es una actitud que se adquiere como ponerse unos zapatos, y el arte se designa. El arte no tiene valores de calidad, ni técnicas específicas, entonces tampoco requiere ser enseñado en una escuela”. Efectivamente la destrucción de los valores es, en buena parte, la raíz de la crisis del arte contemporáneo. La destrucción no solo de algunos valores, sino de todos los valores, es lo que ha llevado al “todo vale” que combatimos los Hartistas. Pero entonces debemos respetar los movimientos, las instituciones y propuestas que defienden y se apoyan en valores humanos, por mucho que no todos coincidan con nuestra personal forma de ver las cosas. Y muy especialmente hay que defender las raíces, nuestras o de cualquier otra cultura, que no contradigan la universalmente aceptada relación básica de los derechos humanos.

Por eso he dicho que no debemos tirar piedras contra nuestro tejado. A la religión, en nuestra cultura occidental, debe mucho la Historia del Arte. Como sin duda otras costumbres, tradiciones y creencias, que pueden llegar a resultarnos incomprensibles, están en la base de las distintas manifestaciones del arte oriental, tan diferente del nuestro.

Por lo demás, ya que presumes de “respeto intelectual”, a ver de donde sacas que pretendamos “que TODOS tengamos que sufragar vuestra iglesia pero que no todos podamos opinar sobre ella”. Nada más falso. No tienes que pagar nada, y opina lo que quieras, pero un poco de respeto, por favor, a los que no opinamos como tú, también a los que dicen han visto ovnis. A lo mejor los han visto, ¿no crees?

Anxo Varela dijo...

Yo creo que respecto a la financiación de la Iglesia, la que está cayendo sería una buena oportunidad para que la autofinanciación por fin fuese un hecho. La separación iglesia-estado creo que es algo a lo que cualquier cristiano civilizado debería aspirar, y está en el centro de las reivindicaciones de algunos grupos de reflexión católica, según sé por amigos que están en esos grupos.
Parte de esa separación es la retirada de la religión de las escuelas, de la que según parece gran parte de la jerarquía católica no sólo no quiere saber nada, sino que exige la vuelta a los tiempos de Isabel II o la dictadura franquista. Vergüenza me da esa actitud quejica de los obispos cuando la iglesia regenta a su manera, sin casi oposición civil ni política, miles de colegios que paga el Estado en este país, donde se explayan haciendo proselitismo ideológico entreverado con esos "valores" que tan humanistas se suponen.

En estos colegios, por ejemplo, he visto presentaciones de Power Point QUE SE PROYECTABAN EN FILOSOFÍA Y EN ÉTICA (SECUNDARIA) en la que se inculcaban barbaridades sobre el ateísmo que me da asco recordar.

Creo que la religión es muy respetable, pero el gran poder que la jerarquía católica va acumulando merced a los privilegios que continúa teniendo, está empezando a resultar temible, no me extrañaría que en poco tiempo España pase a ser un estado confesional de hecho, con reforma exprés en la Constitución incluida. Yo creo que Rouco está por esa labor, y me parece realmente muy grave que no se pongan, políticamente hablando los puntos sobre las íes. ¡Qué lejos queda aquello que dijo Jesús, de "al césar lo que es del césar"!

José Mª Arévalo dijo...

Hombre. Miguel, te tenía por mejor informado. Los tiempos de la aportación del Estado a la Iglesia (por cierto en compensación por la desamortización), ya pasaron, hora solo aporta lo que dan voluntariamente los contribuyentes en el IRPF con la famosa x en la casilla de aportación a la Iglesia; lo que se hace en muchos otros paises , como Alemania. En cuanto a la asignatura de Religión, es voluntaria y la pide el 85 % de las familias, lo que significa que España sigue teniendo mayoría católica, que a ver si empezamos a respetar (je,je), que da vergüenza. En cuanto a la enseñanza privada, lo justo sería el cheque escolar, que cada uno vaya a donde le de la gana, pero no paguemos doble.

Anxo Varela dijo...

Hola, ni mucho menos pretendo discutir por discutir, pero mira este enlace: son más de 6000 millones de subvención directa, de los cuales sólo menos de 300 provienen de la casilla del IRPF.
Respecto a la asignatura de religión es obligatorio (según la LOE, y en la LOGSE no lo era) que los colegios ofrezcan EN HORARIO ESCOLAR la asignatura de religión. Y también que la "alternativa" no tenga contenido alguno, lo cual es una gran injusticia. Los alumnos de "alternativa" están siendo totalmente discriminados respecto a los de religión, porque aunque la nota de religión no cuenta en la evaluación, lo cierto es que TIENEN esa nota, mientras que los de alternativa ni pueden tener contenido alguno ni pueden recibir calificación alguna. Es tiempo perdido para ellos gracias a que se imparte una asignatura (religión) de carácter confesional (cuando la constitución garantiza supuestamente la laicidad y aconfesionalidad de la sociedad) que los colegios deben ofrecer obligatoriamente. Que algo lo pida un porcentaje alto no significa que sea justo.
Por cierto, que la famosa JMJ (nombre inadecuado, pues no es la JMJ sino la JMJC, pues hay juventud no católica, y precisamente es mayoría) la ha pagado en gran parte el erario público.

A mí me sigue pareciendo que vamos hacia un jomeinismo católico, con una iglesia radicalizada, con un integrismo creciente, y un poder político en España que está encantado con esa idea. Y no te digo nada ya teniendo en cuenta quién acaba de ganar las elecciones. Por lo pronto Rouco ya se ha envalentonado para pedir la vuelta de la religión obligatoria a los colegios. La educación ha sido el caramelito de la Iglesia en España desde los tiempos de la Regencia de Isabel II. Que quieran remontarse a esa época, tanto para reclamar dinero como para reclamar el control de la educación me parece vergonzoso, porque por ese razonamiento podemos ver dentro de poco a los marroquíes reclamando la vuelta del califato, o a los soldados de Roma pidiendo restaurar el Imperio de Augusto. Ya puestos atendamos las reclamaciones sobre el oro que nos puedan hacer los campesinos mayas y los descendientes de los aztecas.

José Mª Arévalo dijo...

O sea que tu argumento, en boca de “Público”, es: “Cada año, el Estado financia con más de 6.000 millones de euros las actividades educativas, sociales, sanitarias y de culto de la Iglesia católica”. Y resulta que la mitad es por la enseñanza concertada: “Sólo en centros escolares –continúa “Público”-, se ceden más de 3.500 millones, más otros 600 destinados a pagar a los profesores de Religión u otros docentes en centros concertados.”. Pues vaya argumento, ya que las “actividades educativas, sociales, sanitarias” reciben lo que corresponde en justa competencia con las demás entidades, y la enseñanza concertada recibe menos de lo que ahorra al Estado. En fin, que solo podrías aducir lo que aporta el estado al “culto”, habrá que ver a qué se refiere, a ver si meten ahí las subvenciones a restauración de monumentos, no me extrañaría, ya que no las menciona y seguro que se conceden, menos mal, con el patrimonio religioso que tenemos. Ahí está el gran acierto de las Edades del hombre, rescatando tantas obras de arte sacro, “componente esencial de la riqueza patrimonial de la comunidad (a Castilla y León se refiere)”, como destacó en la inauguración el director de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, según el cual casi un 80% de la misma tiene origen en la religión y el culto.
¿Y eso justifica tu afirmación de “el gran poder que la jerarquía católica va acumulando merced a los privilegios que continúa teniendo, está empezando a resultar temible”?. Vamos hombre, un poco de seriedad.

mariano dijo...

Jose María, no debemos la existencia de "valores" a tu iglesia, no insistas más, por favor. La iglesia católica no es dueña de más valores que los que sus fieles quieran entender como tales. Los no católicos tenemos tantos "valores" como vosotros.
Tampoco la cultura le debe nada a la iglesia. Es verdad que la iglesia fue la promotora de muchos de los que hoy son grandes monumentos, pero eso también es indicativo del monstruoso e injusto poder que tuvo y tiene.
Sobre cuestiones de impuestos y enseñanza, creo que el que debes informarte eres tú: por supuesto que la iglesia recibe MUCHA más financiación pública que la que aparece en la casilla voluntaria del IRPF, y si eres periodista, como dices, tienes que saberlo (te recuerdo además que mentir va en contra de los mandamientos de tu dios, respeta TÚ primero la fe que dices tener, cumpliendo con sus normas).
Eso de la casilla de la que hablas es tan sólo una opción más de financiación para quien renuncie a devoluciones. Aparte de eso, la Iglesia Católica recibe (TAMBIÉN vía IRPF, entre ottos) un presupuesto público fijo, sin entrar ya en exenciones de impuestos varios, y en el agravio comparativo que en este aspecto sufren otras creencias (aunque, ojo, yo creo que la administración no debe subvencionar a NINGUNA).
Otros datos absolutamente falsos que das (vas a tener que ir a confesarte) son los de ese 85% que escoge la asignatura de religión...lamento decirte que soy profesor, que te has colao otra vez, y que yo veo todos los días la realidad: la asignatura de religión juega con ventaja: no supone mancha en el expediente si suspendes, todos los profesores que la imparten regalan sobresalientes (esto si que es un dato objetivo, compruébalo), lo cual anima a alumnos con malas notas (muchos) y su "ALTERNATIVA" no puede ser curricular, es decir, supone estar sin hacer nada durante una hora, con lo cual la mayoría de alumnos se ven forzados a escogerla porque sus padres son informados de esta circunstancia al matricularse. Aún así, en mi centro la cursa tan sólo un 40 % del alumnado.
Por último tengo que decirte, y bien que lo siento, que tu forma de rebatir me produce verdadera repulsión: comienzas adulando a Avelina para después clavarle la puya, diciendo que su reflexión es "poco seria" y que le hace un "flaco favor" al hartismo (¿no decías que era una "magnífica reflexión"?...¿de que vas?). Estas típicas técnicas de tertulianos de Opus Dei te las puede ahorrar en este blog, ni Avelina ni el hartismo necsitamos tu misericordia.

Anxo Varela dijo...

José María, creo que hasta ahora no he descalificado lo que has escrito ni te he acusado de falta de seriedad: he aportado información de un periódico (cuya veracidad no acabo de ver si pones o no en duda) y aportado razonamientos que no rebates. Creo que tu estilo de debate es poco elegante.

José Mª Arévalo dijo...

No pongo en duda, Anxo, la información que das, solo su interpretación, pues no veo cómo te extrañan las cifras referidas a pagos por servicios públicos realizados por la Iglesia, como enseñanza, sanidad, etc., que la Iglesia recibe como las demás instituciones privadas; solo dudo de la mención a subvenciones al “culto”, que deben referirse, creo, a restauración. Es sabido que ya no hay ayudas estatales a la Iglesia sin contraprestación, desde 2008; el sostenimiento de la Iglesia depende ya exclusivamente de los católicos y de quienes lo piden en el IRPF. Puedes ver datos en http://www.zenit.org/article-35786?l=spanish
Lo mismo digo de la asignatura de Religión, completamente voluntaria (y mayoritaria, con los matices que tu quieras).

En cuanto a elegancia de estilo y descalificación, compara con lo que me dice Mariano, que parece me echa del Hartismo. No sé quien es, pero creo que tú formas parte de la directiva, dime si el Hartismo admite el pluralismo, o hay que ser anticlerical. Por mi parte, tema cerrado, y hablemos de arte, que es lo que importa aquí.

Avelina Lésper dijo...

La TRANSUBSTANCIACIÓN es un acto de magia en el que una cosa deja de ser lo que es para convertirse en otra, eso no tiene que ver con los valores, que por cierto no son exclusivos de las religiones, los valores pertenecen al terreno de la ética, que es laica.

mariano dijo...

Jose Maria, en primer lugar mis disculpas, pues no sabía que tú formabas parte del hartismo y tu discurso por momentos me parecía el de un TROLL que nos atacaba hace unos meses, y que cuestionaba nuestros argumentos basándose en aspectos colaterales de ellos y no en su fondo.
Es evidente que tu caso no es el mismo, y simplemente te has ofendido por el paralelismo que ha hecho Avelina (y frecuente en nosotros) entre la forma de actuar de la jerarquía católica (que seguramente no de la iglesia en su conjunto) y la jerarquía del "circuito" artístico.
Esto no quita que no discrepe de algunas de las cosas que dices, pero si creo que me he pasado en el tono excesivo, aunque no es tanto como parece por escrito...es lo que tienen los blogs.
También tiene que ver que esta misma discusión (o parecida)la tuve hace tres días en una cena con unos amigos católicos, y de alguna manera he continuado la acalorada (aunque amistosa, aunque parezca mentira) discusión que tuvimos en este blog, donde obviamente no conozco al interlocutor como para usar ese tono que para mí es coloquial y para un desonocido puede resultar agresivo.
El hartismo por supuesto que no sesga a sus simpatizantes o miembros por su ideología o religión, aunque también es verdad que los que solemos escribir en el blog tenemos nuestras opiniones, y la mía en particular, respecto a la manera que tiene la iglesia de influir y entrometerse en la vida civil, no es lo que se dice una muy buena opinión, ya lo ves.
Creo, como dices tú, que si en lo que nos une, que es el tema del arte, estamos de acuerdo, para qué discutir sobre los temas en que no lo estamos?.
Mis disculpas otra vez, y ya que no te lo dije en su momento, bienvenido al hartismo.

José Mª Arévalo dijo...

Muchas gracias Mariano, no me esperaba tu rectificación, no es frecuente reconocer los propios errores. Por mi parte pido disculpas también si me he pasado, contigo, con Anxo o con Avelina. Ya tienes otro amigo, para que podamos seguir discutiendo de religión, política o economía, etc. fuera de estas páginas, cuando nos veamos, que espero sea pronto. Un abrazo.

No revuelvo el tema replicando a Avelina. Sobre definiciones me remito a Wikipedia, de la que me honro en colaborar, que las tiene muy buenas sobre estos extremos.

Anónimo dijo...

Aunque comparto algunas de vuestras ideas e intuiciones (posicionamientos, según vosotros)... el planteamiento es ciertamente mediocre, con avistamiento de altos niveles de ignorancia y desinformación (a niveles sociológico, histórico, filosófico...) ... contradicciones a patadas... falta de argumentos... vamos, que el interés se reduce a 0, tanto creativa, como artística o culturalmente. Puedo entenderlo, yo también hice Bellas Artes antes de hacer Humanidades por Arte y Pensamiento, y también pintaba, entiendo, pero no excuso. Os veo como algo así como los "indignados" del arte, "la culpa es de la mano negra, aunque yo lleve toda mi vida dándole de comer". Obviamente no tengo forma, sitio, ni ganas para argumentar esto en este formato/contexto, probablemente no sea el apropiado... solamente dejo una pregunta en relación a; Viendo el blog, facebooks y demás, supongo que tu y tus compañeros pasaréis bastante tiempo en internet, por poner un ejemplo puntual, y que no te has/os habéis cuestionado nada al respecto de cosas como por ejemplo... la privacidad. ¿No se te ocurre nada creativo y artístico en relación? ¿Para expresar esta inquietud lo mas apropiado es la pintura? Esta es tu realidad, ¿no? Arte bien hecho es Vida, y Vida bien vivida es Arte. Por otra parte, eres producto de un sistema educativo democráticamente estructurado, algo así como un funcionario del arte en nombre de la verdad, esta es tu realidad, ¿no?entonces, desde este hiperresumido contexto (podría seguir hasta el infinito)... ¿que haces pintando cuadros? Esa es mi pregunta, las cosas tienen sentido en un contexto, y la respuesta a vuestra ineptitud al respecto no puede ser todos son malos menos nosotros. Yo vivo en Barcelona, y en mi barrio los muebles se tiran miércoles y jueves, bien, cada día veo cientos de cuadros en la basura del tipo de arte que promocionáis. ¿Buscarás culpables a esto? Yo solo veo un hecho. Esta es la realidad, ¿no?

¿El Hartismo da charlas de Hartismo en un centro de arte en Málaga? ¿Reivindica museos? ¿Espacios? ¿De que va esta película? ¿Mordeis la mano para pedirle comida? El arte no es cosa de museos, espacios, soporte estatal... Es cosa de creatividad (entendido como modificación, ya sea de CONCEPTOS o materiales) y humanidad (sociabilización, comunicación...) PUNTO, hacéis lo que criticais. En la época de las conspiranoias esto era de esperar, el Hartismo me parece el refugio de los mediocres y los vagos de intelecto.
Arte para el pueblo, SI, Arte independiente SI, Arte no elitista, SI, pero... Hartismo!= TONTERIAS. El hartismo no es sencillez como defendeis, es pretensión, pura pretensión banal y vacía.
Una pista... mutacionismo,,, quedaros con ese termino, en breve conoceréis su papel. Buscad los referentes antes del Renacimiento... si quereis

Fdo: nadie

mariano dijo...

Anónimo, nos congratula enormemente que hicieras Bellas artes y que vivas en Barcelona y la gente tire cuadros, y que ahora te situes por encima del bien y del mal porque ya has pasado a un nivel superior donde lo ves todo desde tu ojo de halcón gracias a tus estudios de humanidades por arte y pensamiento.
A pesar de todo lo que has estudiado, los facebooks y blogs que te has leído, y tu superioridad sociológica, histórica, filosófica...¿? sobre todo ser humano, creo que no has entendido nada.
Nosotros no promocionamos ningún tipo de arte, y si la pintura que nos gusta te la encuentras en la basura por Barcelona, bien harías en quedártela. Tampoco reivindicamos museos ni espacios de arte, ni creemos que la única expresión artística válida sea la pintura, ni damos charlas sobre hartismo ni en Málaga ni en ningún sitio.
Tu planteamiento es ciertamente mediocre, con avistamiento de altos niveles de ignorancia y desinformación. No tiene, eso sí, contradicciones porque no dices nada.
Antes de presumir de lo que estudias deberías esforzarte un poquito en entender lo que lees.

Unknown dijo...

"nadie", no sabía si responderte ya que tu superioridad intelectual me abruma y no sé si llegaré a tu nivel en el Olimpo del pensamiento filosófico, pero no he podido resistir ponerme en contacto con un ser tan superior que puede iluminar mi camino existencial.

Solo un par de cosillas. Como dice Mariano, en el "Hartismo" no reivindicamos nada para "nosotros", cada simpatizante del "Hartismo" tiene sus propios principios tanto éticos como estéticos, es por esto que podrás encontrar muchas contradicciones entre nosotros. En lo único que coincidimos todos es en que estamos HARTOS (también "indignados") de que el arte de la pintura"oficial" se haya degradado hasta extremos patéticos y sea manipulado por unos personajes especuladores que en muchos casos lo hacen con el dinero de todos.

Me gustaría decirte que soy de Barcelona y nunca he tenido la suerte de "ver cada día...cientos de cuadros en la basura del tipo de arte - que según tú - promocionamos ". Creo que te lo has inventado. Y por favor, precisamente tú te atreves a afirmar "que el "Hartismo" es pura pretensión banal y vacía"... y nos hablas de ¿¿¿¿ mutacionismo ???

Espero que cuando tengas "forma, sitio, y ganas para argumentar" todas tus teorías, escribas un libro y tenga mucho éxito... y de esta manera puedas salir del anonimato.

Anxo Varela dijo...

No podéis opinar, no habéis estudiado lo mismo que "nadie". Puede que al hacer Humanidades de repente uno se vuelva como él (...) y pase a la estratosfera mental y cultural y vea ya desde arriba las cosas. Como digo, lo desconozco, tan sólo tengo una licenciatura en Bellas Artes, mísero de mí, oh, infelice.

mariano dijo...

esto es el más claro ejemplo de lo que muchas veces hemos señalado en este blog: el posicionamiento típico de superioridad intelectual contemporáneo, que elude o frustra el debate señalando al otro como incapacitado para debatir, como ignorante de una realidad supercompleja que el "contemporáneo" sí conoce.
Es la posición más cómoda que puede haber. Yo te señalo como ignorante y por lo tanto, fín de la conversación, mi opinión (que en este caso concreto es confusa por no decir inexistente) es la triunfadora.
Yo creo que esto ya no cuela, es una táctica propia de las sectas más cutres, no aspiran a convencer sino a desacreditar a la discrepancia. Es interesante cualquier debate y si alguien no está de acuerdo en algo, está muy bien que argumente el porqué, pero entrar en un debate para dinamitarlo señalando como ignorantes a todos los debatientes menos a él, es, aparte de un insulto, una pérdida de tiempo para todos.
Tampoco es muy noble (siguiendo con la suposición de que al "espontáneo" le interese debatir)SUPLANTAR los argumentos del otro, es decir, rebatir (a su vez sin argumentos) opiniones del otro lado que jamás han sido dadas. Nuestros argumentos los expresamos NOSOTROS, no necesitamos que tú te los expliques a tí mismo con otras palabras ni que nos expliques lo que tú crees que pensamos.
En definitiva, un debate tiene unas reglas muy claras, y para conocerlas basta con hacer la EGB...la primera de ellas, por cierto, suele ser no expresarse a escondidas. La próxima vez que escribas algo haz el esfuerzo de cumplir con estas normas que por obvias, da hasta verguenza explicar.