Según nos cuenta ella, "Es una muestra internacional, pues somos varios artistas de diversas nacionalidades y medios de expresión como son la pintura, fotografía y escultura."

Después de la publicación de nuestro 2º número del "¿Qué, cuándo, dónde, cómo, por qué?" hubo reacciones de todo tipo. La mayoría de los profesores que debían darse por aludidos hizo un esfuerzo considerable por aparentar indiferencia. Otros demostraron más sentido del humor, y otros un refinado cinismo (caso del pobre XXXXX, que tras la aparición del artículo favorable a la ACME, a toda página, en el Faro de Vigo, planteó remitir al diario otro escrito en el que algunos profesores -él entre ellos- manifestaban no participar del espíritu antidemocrático de la facultad).Sorprendente ¿no? El texto es ¡de 1995!
Otros demostraron una preocupante tendencia a no captar los matices de las cosas y buscar siempre las posturas extremas,como el caso del sheriff XXXXXX, que tras la debacle de su curso anterior (en el que su régimen -perdón, su proyecto docente- hizo que al taller no aisitieran ni los cabelletes y le llovieran las denuncias a fin de curso) ha pasado de obligar a la gente a hacer instalaciones en clase de pintura, a mandarles copiar modelo desnudo todo el santo día ...¡que no, XXXXXX, que no es eso!... No se trata de que si alguien se queja de frío, tú vayas y lo quemes a lo bonzo.
Hay un término medio que se llama "posibilidad-de-crear-en-libertad". Métetelo en las espuelas.
Otros ¿profesores? (y alumnos) han reaccionado cerrando aún más su discurso fascista anti-pintura y anti-figuración. XXXXXX XXXXX, por ejemplo, asegura ¡en su programa docente! y textualmente, que "no quiere a su alrededor virtuosos ni autómatas". Por supuesto, ella entiende por virtuoso el que tiene un mínimo dominio técnico y por autómata el que se dedica a pintar lo que le gusta y no lo que le gusta a ella. Tengo mis dudas sobre quíen será el autómata, y también sobre hasta qué punto esta señorita tiene derecho a presentar por programa docente una especie de versión artística de las leyes de Nüremberg, en la que declara la guerra a aquello con lo que no comulga.
Pero de todas las reacciones tras la revista, la más furibunda, histérica, plañidera y pobre ha sido, es curioso, la del CRÍTICO. es digno de análisis que un crítico acepte de tan mal talante las críticas. Una persona que se cree poseída por la varita mágica de la verdad, que ha hecho del dogmatismo su profesión y que se permite el lujo de juzgar a diario, con frecuencia descalificando e insultando a trabajadores a los que ni siquiera conoce, no acepta ni siquiera una réplica a todo ello. Para él somos "integristas" e "inquisidores". Lo son todos aquellos que perturban su monólogo, que discrepan de las opiniones que él trata de hacer vinculantes y de imponer por medio de la más penosa coacción.
La ACME no puede aceptar que un tipo con marcada vocación fundamentalista desfogue sus frustraciones personales contra nosotros de una forma tan miserable.
(...)
Si nos quiere insultar, deberá hacerlo por otro medio. una sugerencia es que lo haga a través de uno de esos libros tan interesantes que escribe y que obliga a leer a sus alumnos. Así, todos contentos. Él será el protagonista de nuestras revistitas y nosotros de las suyas, y todos seremos internacionales, por la Gracia de XXXXX.
Sabemos que él nunca se dará por aludido. Nosotros siempre seremos los ignorantes y provincianos en su discurso circense. Mientras, él seguirá reclamando con una insistencia que lleva al bostezo, un puesto dentro del mundo en el que fracasó y para el que no sirve. Pretende vivir, como un parásito, de hablar de lo que los demás hacen, de destruir en un mundo de creación, y encima lo hace con la prepotencia y soberbia de un pobrecillo que se cree importante, que cree que sus textos "vacíos y aparatosos" (mejor no los pudo describir Paco Pestana) son más importantes que el trabajo vitalicio de aquellos de quienes habla.
Se mete entre nosotros, los artistas. Nos molesta, nos insulta, pretende comer de nuestro plato y no admite réplicas: ¿no será un tanto excesivo?
(...)
Etiquetas: hartismo, Lugo, arte, manifiesto
07/05/2009 - M. Veiga / El Progreso (Lugo)
"Pasamos de ser los que protestaban y revolucionaban el mundo a ser sólo espectadores de un banquete ajeno". Una fantasma recorría Europa en el Manifiesto comunista y el mercantilismo devora el arte en el Manifiesto Hartista. Dos de sus promotores, Mariano Casas y Miguel-Anxo Varela, presentaron este miércoles en Lugo una iniciativa que convenció ya 170 personas en el mundo.
En un acto convocado por la Asociación de Artistas Plásticos de Lugo tiraron de escepticismo y señalaron que el hecho de que algo se pueda vender no significa que tenga calidad o que sea necesario. "Pasa como con los productos antical para el agua; en Galicia no hay cal por ningún sitio y se venden igual", dice Miguel-Anxo Varela.
Varela entiende que el convertir el arte "en un circo" desvirtúa a todos los creadores, "ya que la gente acaba por cansarse de todo y el todo vale acaba por ser un nada vale", apunta este pintor, que inició sus estudios en la facultad de Bellas Artes de Pontevedra y los remató en Barcelona.
Miguel-Anxo Varela añade que este posicionamiento no significa que rechacen las vanguardias o que los hartistas vivan anclados me lo siglo XVII. "Ni mucho menos; el cubismo, el surrealismo y el expresionismo nos influyen como a todos; ahora son tradición artística", explica.
Los hartistas censuran que se elimine la práctica en los estudios de Bellas Artes en "favor de otras cosas". "Es como si a un deportista no le dejas entrenar, como si un escritor no escribe para mejorar su técnica", ejemplifica.
El hartismo reclama también su espacio y tener "una igualdad de oportunidades". ¿La reacción del arte oficial? "Es de una forzada indiferencia y les duele bastante lo que hacemos. Eso sí, tengo que decir que los trabajadores del Centro Galego de Arte Contemporánea casi nos aplaudían cuando les presentamos la propuesta", revela Varela.
Sin embargo, están satisfechos con la acogida de una iniciativa que "nació en tiempos de crisis" y que, en breve verá el nacimiento de un Manifiesto Hartista adaptado a la música por parte de un simpatizante estadounidense.