jueves, 28 de mayo de 2009

Los enemigos del arte contemporáneo

Una de las características de lo que Dimo García llama "la secta duchampiana" es su habilidad para fagocitar todo lo que tenga que ver con el arte. Sus miembros han secuestrado el debate sobre arte contemporáneo, que tímidamente desde aquí intentamos abrir, se han aupado a los puestos políticos como asesores, se han erigido en críticos y jurados de concursos. Y en una maniobra orwelliana han conseguido modificar el lenguaje, apropiándose, monopolizando ciertos términos asociados con el arte.


Este muchacho está destruyendo una pintura del siglo XVII. Lo hace en un museo y con "expertos" y políticos delante. Efectivamente, es considerado por los neoduchampianos (apoltronados del arte oficial) como un "genio" del "arte" "contemporáneo".

Quizá el ejemplo más llamativo de este "apropiacionismo*" es el uso del término "arte contemporáneo" y todo el prestigioso arsenal de palabras (arriesgado, transgresor, rupturista, revolucionario...) que se le asocia. Según la oficialidad neoduchampiana tan sólo el arte conceptual y sus derivados (aquellos otros géneros que precisan de una justificación conceptualista para ser vendidos) es arte contemporáneo. La pintura, pero especialmente la pintura figurativa -no digamos ya la realista- no es, según ellos, arte contemporáneo.

Según el nivel cultural del miembro del neoduchampianismo que nos encontremos, dice a las bravas "tú no eres contemporáneo" (que tiene cojones viniendo de alguien de tu misma época) o usa fórmulas con más doblez, pero la misma mala baba, como esto de "los enemigos del arte contemporáneo".

A nuestro modo de ver, la pintura figurativa ES arte contemporáneo. ¿Por qué no? Más incluso que las desfasadas imitaciones de urinarios santos que hay pululando por los santos lugares, como museos y centros de "arte contemporáneo". Porque para empezar, la pintura es y siempre ha sido arte, no es necesario demostrarlo, la propia palabra "arte" se asocia a la pintura desde la Antigüedad al menos.

Por el contrario, todavía no se ha conseguido explicar racionalmente por qué un ready-made (objeto encontrado) es arte. Ni se conseguirá, se trata de un acto de fe pura y dura, como bien nos ha explicado Artur Vives y tantos otros. Y la fe es algo que no se puede imponer si no es por la fuerza.

Teniendo en cuenta que nuestros furibundos neoduchampianos (y anti-hartismo, por supuesto) son enemigos declarados (o en secreto) de la pintura (y escultura, etc) figurativa, que SÍ es arte y también es contemporáneo, creo que con toda la razón podemos reservar la calificación de "enemigos del arte contemporáneo" a ellos.

¿Somos los hartistas, por ser escépticos respecto a la fe conceptualista, por negar la "artisticidad" de un urinario, una bolsa de basura o unas piedras tiradas por el suelo, enemigos del arte contemporáneo? No. Porque esas manifestaciones, por más que se presenten en museos y galerías no se han demostrado como artísticas. Así que no somos enemigos de ese "arte", porque ni siquiera está clara su pertenencia al arte. Y puestos a tener fe, pues yo al menos me declaro conceptualistamente ateo.

Así que ¿quién es enemigo del arte contemporáneo? Pues para mí, quien escribe las típicas críticas cochambrosas, mezquinas, sobre artistas como Antonio López, A. Wyeth, Igor Mitoraj... que hacen arte, y son tan contemporáneos como cualquiera. Enemigo del arte contemporáneo es quien mira con desprecio al que tiene habilidad dibujando, quien llama conservadores, intransigentes, intolerantes, reaccionarios o paletos a los que no comparten su fe en el Santo Urinario y sus derivados, por lo que se esmeran en consagrar su vida a pintar, esculpir y dibujar intentando hacerlo mejor y más bello cada día.

*Apropiacionismo es también el nombre de una variante de "arte" contemporáneo asociada al conceptualismo. Su táctica es "apropiarse" -así por el morro- de fotografías "anónimas" u otras obras y presentarlas como propias.

3 comentarios:

aldoiram dijo...

Hola. Me agrada la analogía del dizque-ya-saben-qué contemporaneo con la fé. Igual que en la religión, la fé es mero negocio. La santa sede te comerá vivo por desprestigiar su maquinaria, y el rebaño ignorante (consumidores) se tapa los oidos y te agrede ante tales declaraciones . Igual que en la religión; para librarte de las cadenas sectarias hay que tener un poquito de sentido común y carecer de la característica avaricia que te puede hacer entrarle al "negocio de la fé". Muchos saludos.

César Aguilar Gazquez dijo...

Un callejon sin salida, un camino que no lleva a ningún lugar, la indiferencia y el abandono, este es el legado de estas personas.

El arte es una manera de vivir, la búsqueda de beneficios, honores y posición lleva a estas personas a ser lo que son, pero todo tiene su fin y la bestia ha comenzado a morir (aunque sigue viva , el arte se escapa por las paredes los "graffitis" inundan las ciudades y la gente de a pie los mira y dice "que xulo" me gusta, y son imagenes de personas de sueños de imaginación de locura y vida.

Y alla en sus catedraticos despachos los grandes vividores a costa del arte se tragan su propia bilis..

Pd: hoy me he levantado un poco narrativo

Issa dijo...

El arte, como todo, se adapta a los dictados de su tiempo. En la actualidad, priman la prisa, la irreverencia y el "loquierotodo".
El arte no puede hacerse con prisa, una obra no debería medirse sólo por la rapidez en su creación. Un buen artista, ante todo, debe entender y respetar a sus predecesores.
El Arte debería provocar la satisfacción del espíritu y la admiración hacia el artista. Lo demás, sobra.
Hay que educar, enseñar al público para que sea capaz de exigir. A lo mejor ya la conoceis, pero en Santiago de Compostela se está llevando a cabo una iniciativa interesante estos días, en la que diversos artistas abren sus talleres al público: http://www.roteirocreacion.com/